CECGP

CENTRO DE ESTUDOS CONSTITUCIONAIS E DE GESTÃO PÚBLICA

CECGP articula suas tarefas de pesquisa em torno de Programas de Pesquisa em que se integram pesquisadores, pós-doutores provenientes de diferentes países.

“LA POLÍTICA COMO CIENCIA”, por Sergio Tamer

      

 ANÁLISIS DEL TEXTO

“LA POLÍTICA COMO CIENCIA” DEL PROFESOR MIGUEL CAMINAL BADIA*

 

 

Por Sergio Victor Tamer,

en Salamanca, noviembre de 2004

 

 

1.     LA REALIDAD POLÍTICA Y EL ANÁLISIS DE LA POLÍTICA

 

 (a)   Es posible una política como ciencia? (Cerroni)

(b)   Es posible un conocimiento científico de la realidad política? (Badia)

  Realidad política: se refiere a fenómenos sociales que han sucedido o están sucediendo y que  definimos como propios de la política;

 El análisis racional de la política nos permite acercarnos a la comprensión de lo sucedido y de lo que acontece, teniendo en cuenta una doble consideración:

 

(a)   la dependencia de la información  y

(b)   el pluralismo inherente a la interpretación

  

POSITIVISMO y MARXISMO – han sido las corrientes doctrinales y metodológicas dominantes en el desarrollo de las ciencias sociales. (A lo largo de los últimos ciento cincuenta años).

Positivismo: tiene como objeto final la causalidad que explica la estructura y funcionamiento  de una sociedad determinada;

Marxismo: sitúa esta causalidad en el contexto más general del proceso histórico, poniendo como cuestión final la transformación y el cambio social.

 COMTE  y  MAX  fueron los inspiradores de dos concepciones de la sociedad que se distinguían en función de su teleología. Siguieron caminos paralelos que en muchos aspectos eran complementarios. Su esencial diferencia: la libertad individual y la igualdad social. Liberalismo e socialismo  han sido las grandes panideologías  de los siglos XIX y XX, impulsoras y legitimadoras de los cambios en la sociedad y el Estado.

 Para BADIA estamos viviendo el fin de una época, con acontecimientos históricos de grande importancia, pero no implica olvidar que la historia es cambio pero también es continuidad. Así, dice que conviene ser prudentes cuando se quieren estudiar los efectos de eses acontecimientos históricos sobre el nuevo orden mundial, los modelos económicos, los sistemas de gobierno, las ideologías, los valores, etc.

 En el ese panorama, afirma que el problema que debe resolver el politólogo es cómo comprender científicamente la realidad política y sus procesos de cambio. Para tanto, plantea las siguientes cuestiones:  

 ¿Qué se entiende por realidad política?

¿Cómo puede  estudiarse y con qué metodología?

¿Cuál es el objeto del análisis político?

 

 2.     EL OBJETO DE LA CIENCIA POLÍTICA Y SU AUTONOMÍA COMO CIENCIA SOCIAL

  

(SARTORI,1987) – “El descubrimiento de la autonomía de la política no desemboca en un método científico”.

Esa frase, para BADIA,  distingue la política como objeto de análisis de la existencia o no de una metodología aceptada como científica.

 Pero la pervivencia y actualidad del pensamiento político clásico no deben confundir ni cuestionar los cambios radicales que han debido producirse para el nacimiento de la ciencia política.

 Las revoluciones metodológicas en la prehistoria de la ciencia política se caracterizan por la delimitación del objeto. Ocurren, entonces, dos rupturas esenciales:

    (a)     – la ruptura entre pensamiento político clásico y pensamiento político moderno;

(b) –    la separación entre pensamiento político y ciencia política.

 

 El Estado es el objeto central en torno al cual gira todo el pensamiento político moderno, desde Maquiavelo a Marx.

 Algunas de las tesis centrales que han marcado la evolución del pensamiento político moderno son de autoría de:  Maquiavelo, Bodino, Hobbes, Locke, Kant, Hegel, Marx. Para BADIA, todas ellas son teorías generales de metodología individualista o bien holística. Tienen la característica común de hacer de la política una interpretación teleológica de la realidad social, cuyo centro de interés se encuentra en la legitimidad del poder del Estado.

 Todavía, acrece que “la politología, al igual que la economía y la sociología, no nace y se desarrolla como ciencia hasta que no consigue acotar  su objeto y, en cierta medida, distanciarse del Estado. La economía, primero, y la sociología, después, la precedan en su desarrollo científico.

  La aparición y desarrollo de la politología como ciencia social: cuando el Estado liberal ha avanzado hacia formas liberal-democráticas.

 BADIA explica que “en la medida que aparecen y se amplían las libertades positivas la política se hace presente en la sociedad civil. Se reconoce y se regula su existencia. El Estado ya no es la única institución pública porque las libertades públicas extienden el ámbito de la política al conjunto de la sociedad. Los partidos políticos y el sufragio universal constituyen la máxima expresión de este campo de investigación que desborda el mundo del Estado para introducirse en la sociedad civil.”

 Entonces, la democratización del Estado liberal crea las siguientes condiciones para el nacimiento y desarrollo de una ciencia política:

 

(a)   – la ampliación del derecho de participación política y el reconocimiento  del sufragio universal masculino con independencia de la condición social;

(b)  – el reconocimiento del pluralismo político y de la posibilidad de impulsar, canalizar y organizar  concepciones políticas distintas con igual legitimidad para acceder al gobierno del Estado;

(c)   – la integración de las clases sociales en el sistema político  poniendo fin a la exclusión política de la clase obrera;

(d)  – la configuración del Estado como sistema político cuyos actores fundamentales son los partidos políticos.

 

Con efecto, el poder, el Estado o, incluso, el gobierno ya no ocupan todo el espacio del análisis político y ceden una parte del mismo a la organización y funcionamiento del sistema político.

 Para el autor, éste es el momento que da sentido al nacimiento de la ciencia política y a su separación de lo que se llama pensamiento político moderno.

 Por meo del método empírico y de las técnicas estadísticas  la ciencia política pasa a estudiar, también, el proceso político, las instituciones, la administración y el sistema político como un conjunto cohesionado.

 

 3.     LA POLÍTICA COMO CIÊNCIA

  

Después de hacer una retrospectiva de la ciencia política como disciplina independiente, BADIA   señala  que en los años cincuenta, la American political science era ya una disciplina consolidada en EEUU, coincidiendo con la revolución conductista e impregnando a la ciencia política de una concepción empírico-analítica. Sus estudios se volvían à teoría política, política interior, política comparada y política internacional.

 En la teoría no existen diferencias sustanciales entre la ciencia política europea y a la ciencia política norteamericana – cuando se trata de definir el objeto de la disciplina o las especialidades que la componen. La diferencia aparece en la práctica investigadora, cuando se eligen y concretan los problemas políticos que merecen atención y estudio.

 El Estado-nación, los federalismos, las crisis y transiciones de los sistemas políticos, los efectos políticos del proceso de unión económica y monetaria, la ciudadanía y la diversidad cultural, y tantas otras cuestiones forman parte de la especificidad de una ciencia política europea – por ello, dice BADIA – la ciencia política europea debe encontrar su propio camino, y su independencia en relación a la ciencia política norte americana.

 Como definir ciencia política?

BADIA a define como un todo interdependiente cuyas partes, con sus respectivas subáreas, son: metodología política, historia de las ideas políticas, teoría política, política interior, política comparada, política internacional, ciencia de la administración y análisis de las políticas públicas.

 

 4.     LA DOBLE CARA DE LA POLÍTICA: LA POLÍTICA COMO RELACIÓN DE PODERES Y LA POLÍTICA COMO GOBIERNO.

  

El dilema, para BADIA, está en circunscribir el objeto nuclear de la ciencia política en (1) – la teoría, acción, y procesos de gobierno en uno o varios sistemas políticos comparados dentro del proceso político internacional; o en (2) – generalizar el objeto de la ciencia política considerando la política como un fenómeno que se manifiesta en todos los ámbitos de la vida social.

 Después de citar DAVID HELD y ADRIAN LEFTWICH como partidarios de esta segunda opción, BADIA describe os dos aciertos de ella así como el riesgo imperialista de querer abarcar el todo, confundiéndolo con el propio objeto de conocimiento.

 Entre los dos aciertos destaca:

 (1)        – la crítica a la división moderna de lo que  es “político”; y

(2)        – la afirmación, conscientemente ideológica, que ve en la división entre

 lo político y lo no político una estrategia que conduce a la abstención política.

 BADIA reconoce que la política está presente en todos los ámbitos de la vida económica, social y cultural, en el dominio de lo público y, también, en el de lo privado.

Lo objeto central de la ciencia política está en descubrir y explicar cómo se gobierna una sociedad determinada.

No será posible avanzar en esta dirección si no se trascienden las fronteras artificiales entre lo político y lo económico, entre lo político y lo cultural.

Así, no existe un espacio puro de la política.

 Mientras tanto, el riesgo de esta concepción de la política es su propensión a caer en una visión imperialista, o sea, invadiendo desde una presunta superioridad de la ciencia política a las demás ciencias sociales. Es que el reconocimiento de que nos es posible una parcelación de la sociedad – una división en dominios señoriales pertenecientes a la economía, la política, el derecho o la sociología, no implica la generalización de lo político sino, más bien, la interrelación e interdependencia entre todas las ciencias sociales, conformando una ciencia de la sociedad.

 BADIA afirma que en el mundo actual es tan absurdo mantener la opinión de EASTON (1953:p.106): “ni el Estado ni el poder son conceptos que sirvan para llevar a cabo la investigación política”, como sostener la contraria: “toda la investigación política es poder y es Estado”. Habrá que buscarse un punto de encuentro que explique la relativa autonomía del Estado-organización.

 Hay un segundo nivel de manifestación de la política formado por un conjunto de actores formalmente no políticos: los grandes medios de comunicación, las organizaciones empresariales y sindicales, los grupos financieros e industriales, las multinacionales, las instituciones religiosas, culturales o deportivas de gran proyección pública, las organizaciones no gubernamentales, etc.

 El tercer nivel incluye los dos anteriores, lo forma la propia sociedad civil como conjunto interinstitucional (Friedland y Alford, 1991). En este sentido, toda persona está necesariamente dentro de la política en cuanto ser social, pero ello no comporta que sea también un actor de la política.

 Para BADIA, la política y la ética pueden ser coincidentes pero la política de los modernos es ante todo independiente de la ética.

 Conclusiones:

 1.        El autor indica que es posible sí un conocimiento científico de la realidad política. Para tanto, es necesario comprender científicamente la realidad política e sus procesos de cambio, y los estudiar con una metodología e un objeto de análisis político.

 2.        El análisis político incluye el poder, el Estado como también, y sobretodo,  la organización y funcionamiento del sistema político.

 3.        El método empírico e las técnicas estadísticas pasan a ser utilizadas pelo politólogo.

 4.          El objeto nuclear de la ciencia política está en descubrir y explicar cómo se gobierna una sociedad determinada, incluyéndose  el elemento político, el económico e el cultural.  

 

_______________________

 

*Profesor Titular de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Barcelona.

 

Bibliografia

Manual de Ciencia Política, Miquel Caminal Badia, Madrid, Editorial Tecnos, 4ª reimpresión, 2004.

Elementos de Teoría Política, Giovanni Sartori, versión de Maria Luz Morán, Madrid, Alianza Editorial, 1999. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Compartilhe!